Desde la antigüedad algunos ya lo sabían, pero sólo Jenófanes se atrevió a decir algunas palabras de lo que verdaderamente sucedía. "Creen que los dioses han nacido y tienen cuerpo,vestido e idioma como nosotros. Los negros piensan que los dioses son negros y chatos, los tracios se creen que son rubios y de ojos azules ¡Incluso los bueyes, caballos y leones, si se hubieran imaginado semejante estupidez y supieran pintar, habrían representado dioses con aspecto de bueyes, caballos y leones!".
Para aliviar aquella angustia resultado de la no obtención de respuestas a aquellas preguntas tan maliciosas, las cuales no paraban de atormentar sus cabezas, se inventaron historias absurdas que pasaron a llamarse "mitos". Pero lo más absurdo, y peor de todo, es que algunas de ellas llegan hasta la actualidad y en forma de negocio. Sin duda, el ejemplo más claro es la Iglesia: no hay negocio más rentable. Esos listillos han sabido inventarse todo un "best-seller" llamado Biblia y aprovecharse de todos esos ilusos que han creído su historia para sacarle el dinero y así construirse todo un palacio como el Vaticano. ¿Les debería dar vergüenza? Vergüenza la que me da a mí al ver que aún a día de hoy la gente cree esas patujadas, aún peor ¡las apoya! y, además, celebra fiestas por ello.
Pero yo no entro en su su juego, desprendo fuego...
¡Quemo su política y su Iglesia romana!
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